A todos los obreros, intelectuales, estudiantes, dirigentes sindicales y de asociaciones, científicos, representantes de los principales partidos, humanistas, hombres y mujeres de bien de los cinco continentes.
Como un ataque más entre los que se han perpetrado en los últimos tiempos contra nuestra patria y nuestra cultura, el panfleto musical “Patria y vida”, lanzado por algunos cubanos mayoritariamente radicados en Estados Unidos, responde a los intereses de sus amos de la ultraderecha anticubana de Miami, temerosos de cualquier mejoramiento posible en las relaciones bilaterales entre Cuba y el gobierno recién electo de Joe Biden.
El país que organiza el desorden en todo el mundo, que implementa el saqueo con guerras expansionistas, que estigmatiza, reprime y asesina a mestizos y negros en su propio suelo, que viola reiteradamente los derechos humanos y democráticos y que no ha cesado a lo largo de tantos años de financiar el terrorismo contra nuestra patria, acaba de incluir nuevamente a Cuba en su lista unilateral, ilegal y espuria de naciones patrocinadoras del terrorismo.
Después de los considerables e insospechados desafíos que trajo el pasado 2020 para la Humanidad, celebramos, con el inicio de este nuevo año, el 62 aniversario del triunfo de la Revolución cubana y de la entrada victoriosa de la Columna Número Uno “José martí” a La Habana, tras largos e intensos años en la Sierra Maestra.
Las recientes acciones orquestadas desde los Estados Unidos de América, donde se alienta y financia a grupúsculos mercenarios en Cuba con veleidades anexionistas, contrarias a la voluntad del pueblo, pretenden socavar vilmente la soberanía de la patria y la independencia que tanta sangre nos ha costado.