24 de febrero de 1895. Inicio de la Guerra del 95, Guerra Necesaria o Guerra de Independencia de Cuba.

imagen Plaza de la Revolución

El 24 de febrero de 2021 se conmemora el 126 aniversario del inicio de la acción armada organizada por el Héroe Nacional de Cuba José Julián Martí Pérez para lograr la independencia de Cuba, lo que se ha llamado la Guerra del 95, Guerra Necesaria o Guerra de Independencia de Cuba. 

Desde la emigración y como máximo representante del Partido Revolucionario Cubano, que creó, Martí había organizado la insurrección en Oriente, al igual que en el resto del país. Para alcanzar sus objetivos independentistas, Martí se apoyó en las figuras más cimeras de la guerra anterior (primera guerra de 1868-1878), y logró vertebrar un movimiento que respondió a sus órdenes sin vacilaciones. El estallido independentista ocurrió el 24 de febrero de 1895.

El Partido Revolucionario Cubano fue la organización política fundada por José Martí debido a la necesidad de crear un órgano o agrupación que le proporcionara una línea programática a la nueva guerra en preparación, y a la vez fungiera de dirección partiendo del análisis del proceso emancipador latinoamericano y el propio caso cubano, además de lo útil e impostergable que resultaba dar coherencia y unidad a los esfuerzos independentistas. En el logro de ese empeño resultaba esencial incluir los intereses y características de los diferentes grupos de emigrados, así como de los diversos elementos integrantes de la sociedad cubana, a fin de crear, en un futuro, una república sin predominio de clase social alguna y de carácter popular.

En las bases del Partido Revolucionario Cubano publicadas en el periódico Patria, fundado y dirigido también por José Martí, se encontraba el llamado a ordenar una guerra generosa y breve, a fundar una nación por una guerra de espíritu y métodos republicanos, a abrir recursos para la guerra, así como realizar todo cuanto contribuyera al éxito de esta.

Además, en el primer número de la publicación apareció, a modo de editorial, el artículo “Nuestras ideas”, que decía: “La guerra es un procedimiento político, y este procedimiento de la guerra es conveniente en Cuba” por múltiples razones que la hacían el único medio al que apelaban los cubanos para alcanzar la independencia, pues España había cerrado cualquier otro modo.

La nueva organización no se proponía solo poner fin al colonialismo hispano, sino “defender, en la patria redimida, la política popular”; se trataba de llevar a cabo una contienda que hiciera posible “completar una revolución”, no solo mudar “de sitio a una autoridad injusta”. Mediante el enfrentamiento bélico se alcanzaría la independencia, y esta haría posible la fundación de una República nueva, “con todos y para el bien de todos”.

El fin de la primera guerra en1878, no trajo ni el bienestar, ni la justicia necesaria en la isla. Por tanto, los ideales de los patriotas cubanos se vieron frustrados a lo que se unieron varias causas que dieron inicio a la guerra del 95.

Económicas: La economía cubana seguía en crisis, solo hubo algunos cambios en la industria azucarera. Los presupuestos seguían siendo malversados. Continuaba la política española de altos impuestos. Estados Unidos se había convertido en la metrópoli económica.

Políticas: Se mantenía los gobiernos tiránicos y militaristas. Los cubanos carecían de derechos políticos, incluso a ocupar cargos en el gobierno. Aparición de partidos políticos que se oponían a la independencia de Cuba. España, que ya había perdido su control económico, aumenta su política represiva.

Sociales: Aparecieron nuevas clases y sectores sociales: obreros y colonos. Se agudizaron todos los males sociales.

A estas circunstancias objetivas se unieron otras de carácter subjetivo, que impulsaron el desarrollo de los acontecimientos. La principal fue la presencia de un líder como José Martí, con una fuerza política dirigente que fue el Partido Revolucionario Cubano, que él creó. Mas la conciencia de las masas, que con gran esfuerzo cultivó Martí en Cuba y principalmente en la emigración mediante los clubes y el apoyo financiero. A esto se suma la vigencia del ideal independentista y que ya en esos momentos de 1895 en Cuba se gestaba una situación revolucionaria, expresada en la agudización de la contradicción principal colonia-metrópoli, donde se vio a la guerra como único medio posible para alcanzar la verdadera independencia y bienestar de la nación cubana.

Para ello, era necesaria la unión de los veteranos de la primera guerra con las fuerzas nuevas, con los pinos nuevos que llevarían adelante la lucha. Así es elegido el general Máximo Gomez Gómez jefe del ejército libertador. Era una opinión generalizada en las emigraciones y en la Isla que sin la participación del heroico mambí era imposible el éxito completo de una nueva contienda. Tal era la confianza de los veteranos y las nuevas generaciones en la capacidad militar y política del combatiente inclaudicable. 

Al asumir la encomienda que el Partido ponía en sus manos, el General se hacía cargo de una tarea esencial de la fase organizativa: debía convocar a jefes y oficiales que en algún momento estuvieron bajo sus órdenes y, con ellos, poner en movimiento una estructura militar viva en la conciencia y la dignidad patriótica de miles de combatientes. La tarea exigía máximo sigilo, pues estos se hallaban, en su mayoría, en el territorio ocupado por el enemigo.

Martí y Gómez compartirían, desde aquel momento, la preparación de la guerra. Fueron más de dos años en los que se compenetraron, intercambiando experiencias e ideas, anhelos y angustias. Surgieron desacuerdos en aspectos tácticos y hubo momentos de incomprensión, pero todas las dificultades se allanaron por la fuerza de los principios compartidos y de una amistad basada en estos.

La guerra que ambos habían convocado estalló el 24 de febrero de 1895, y la manigua cubana los halló juntos ante el peligro, con el optimismo y la alegría de quienes veían crecer a su alrededor los elementos que podían conducir a la victoria. Pero la vida del mayor general José Martí quedó interrumpida por su muerte en combate el 19 de mayo de 1895. Gómez continuó en la brecha, entristecido por la pérdida de su hermano de ideales, aunque firme en su decisión de llevar adelante los objetivos que ambos se habían trazado.

Sin embargo, a pesar de todos los sacrificios, no se logró en ese momento la verdadera independencia anhelada por los próceres.

La prepotencia norteamericana ante los 30 años de lucha independentista que se materializa en los últimos momentos de la guerra Hispano-Cubana; y que no viene a ser una casualidad, sino el resultado de una política de muchos años en la que EEUU. puso su empeño por apoderarse de la Isla, demostrando con hechos como la negativa de la entrada de las tropas cubanas a Santiago y la indolencia y apatía hacia nuestro pueblo, conocido en las instrucciones Brickenridge y el Tratado de París donde queda excluida Cuba logrando sus objetivos propuestos.

La falta de unidad de los dirigentes y jefes militares cubanos, ya que existían discrepancias entre los dirigentes y jefes militares, cosa esta que permitió a los EEUU. conversar por separado y convencer a Gómez, Calixto García y Tomas Estrada Palma para que autorizaran la intervención de las tropas norteamericanas, también se demostró esta falta de unidad al serle fácil a los EEUU. destruir los órganos representativos de la nación cubana.

La falta de un líder político-militar aglutinador, ya que en ese momento Cuba había perdido a importantes hombres con liderazgo y visión político-militar como Maceo y Martí, además de la fatal decisión de la Asamblea del Cerro de destituir a Gómez, que era el general de más autoridad político-militar, facilitaron la labor norteamericana de sabotear la independencia, apoderarse políticamente de Cuba y consolidar su dependencia económica al gobierno de EEUU.

Esta guerra, sin embargo, tuvo una gran importancia histórica. Sirvió de enseñanza en décadas posteriores, específicamente en la estrategia político-militar elaborada por Martí, los métodos empleados por él para unir a los cubanos. Demostró que el pensamiento martiano no era obra de un ilusorio, sino que su visión era real, quedando demostrado con la intervención de EEUU. Demostró la capacidad de sacrificio del pueblo cubano que soportó sus rigores y se sobrepuso a ellos. Contribuyó a desarrollar el arte militar cubano. Sirvió de inspiración a los combatientes de la guerra de liberación liderada por Fidel Castro, que siguiendo las enseñanzas martianas, logró para la Nación cubana su verdadera independencia el primero de enero de 1959.

En Pagina Principal

imagen Plaza de la Revolución